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¿Por qué la filosofía es una disciplina del pensar?

por | Dic 4, 2024 | FILOSOFÍA

Aristóteles comienza su célebre obra “Metafísica” con la singular sentencia : “Todo hombre desea por naturaleza saber “ la cual nos revela la vinculación tradicional entre el hombre y el saber , entendiendo esta vinculación como natural y esencial , de la misma forma en la “Ética a Nicómaco”  sostiene que lo propia del hombre es la consecución de la virtud por medio de la razón, opinión también sostenida por su maestro Platón , con la diferencia de que este último partía de su teoría de las ideas y los arquetipos éticos como figuras captadas por la razón  para ser copiadas .Este preámbulo nos permite visualizar la relación entre el saber , lo ético y lo pensado en el mundo griego.

La propia condición polisémica del término filosofía ya nos señala la fuente de la problemática que ella envuelve; el problema por el saber y la sabiduría, su naturaleza, la vinculación del sujeto cognoscente con el objeto cognoscible.  Es al mismo tiempo saber si la palabra filosofía significa: amante de la sabiduría o amigo de la sabiduría, entender qué tipo de saber es el enunciado, si es técnico como podrían objetar los académicos basados en la teoría de la lógica de Aristóteles o ético como podrían afirmar los cínicos e incluso agnóstico como Pirrón y los sofistas se esforzaron por demostrar.

Como vemos, desde el propio inicio del filosofar la duda se hace presente y es por medio de la duda que el pensar aparece, no en vano Descartes señala en su “Discurso del método”, el papel protagonista de la duda, que para él es la principal fuente del pensar, del reflexionar e incluso del existir, se puede decir que existo porque dudo afirmaba. En tal sentido podríamos definir la filosofía como el esfuerzo permanente que el ser humano ha realizado por domesticar la duda.

Partiendo de esta premisa el filosofar se convertiría en el acto compulsivo por habitar el mundo desde la duda, intentando encauzar y entender la negatividad de la duda  por medio del pensamiento, tal interpretación del término filosofía no es nada original, la podemos rastrear  en Hegel específicamente en la Enciclopedia de las Ciencias Filosóficas , en  su primera parte  dedicada a la lógica, en la cesión sobre la cualidades ,  dice lo siguiente  : “pero como dentro de cada una de estas formas (nada – ser , saber – duda ) ya hay mediación , no son verdaderamente las primeras; la mediación supone el partir de un primer término a un segundo término y el retorno de la diferencia”, esto nos indica el papel  de la filosofía como mediadora entre el saber y la duda, como herramienta para posicionarse en un mapa cognitivo que nos permita afrontar la realidad.

Otra postura parecida que vincula el pensamiento y la duda, donde la filosofía es el nódulo de conexión, la  podemos encontrar en Sócrates, el famoso padre de la filosofía mostraba un interés somero por la veracidad del argumento de sus oponentes en los diálogos , el Sócrates reflexivo y austero de los diálogos platónicos formuló por primera vez el  método Mayéutica o el arte de interrogar el cual  atravesaba toda la práctica de los  diálogo, podríamos decir que el cronotopos, tomado prestado el término de Mijaíl Bajtín de la narrativa de los diálogos siempre está  saturado por el tiempo y el espacio deductivo.

Bajtín sostiene en su ensayo “Las formas del tiempo y el cronotopo en la novela “que la narrativa en general tenía una figuración contextual que podrían construir el texto desde las posiciones de tiempo y espacio. Si analizamos los diálogos socráticos con detenimiento notamos que en todos ellos se presenta en un primer momento el cuestionamiento y luego la certeza  es puesta en suspenso, en los diálogos las preguntas hacen las funciones del tiempo, midiendo los ritmos y la velocidades del diálogo y la duda las veces de espacio, es obvio que Sócrates arrincona a sus interlocutores en una posición de permanente duda, en tal sentido la filosofía de Sócrates establecería desde la condición cronotópica de la mayéutica una relación de mediación con la filosofía.

Como se ha mostrado hasta acá el pensamiento es, en un primer momento, una actividad neta del hombre , el filosofar sería en este caso una forma específica del pensar , un método por medio del cual el pensamiento interroga a la duda , según esto la relación entre el pensamiento y la  filosofía  sería una práctica  activa, con una lógica Hegeliana del límite , en la Enciclopedia dentro de la parte de la lógica pero esta vez en la sección sobre la medida nos dice Hegel : “el límite es la verdad mediadora entre lo que algo es y lo que debe ser” la filosofía cumpliría la función de límite , pero entendiendo acá el límite como  mediación, como organizador de la duda al interior de la pregunta y como límite de la formulación de la pregunta. 

 El terreno del pensar seria colonizado por la filosofía y ordenado por sus categorías, siendo su dimensión ontológica; el cuestionamiento por el ser, epistémico y gnoseológico, donde el foco de la pregunta sería dirigido hacia las estructuras del saber y su posibilidad, axiológico donde el cuestionamiento pasaría por la moral o la ética o estética donde la duda se centraría en   la belleza y lo bello.

La filosofía del siglo XX según indica Alain Badiou en su libro “ el Siglo” ha girado de forma constante sobre la relación pensamiento- lenguaje , primero con el advenimiento de la lingüística de Saussure y su diferenciación entre el significado y el significante luego con la insurrección de Wittgenstein con los problemas nominales de los juegos de lenguaje , este último planteaba la emergencia del lenguaje desde la tradición británica muy apegada a la lógica matemática, primero de Gottlob Frege y su teoría de conjuntos  nominales  que darían pie a la lógica analítica del lenguaje en Bertrand Russell.

Wittgenstein en este sentido su afirmación, partía de la noción de juego de lenguaje para reconocer y entender las distintas problemáticas de la filosofía, que la mayoría de los problemas filosóficos tanto los referentes al ser como los del mundo de los entes se generaban por  equívocos en el planteamiento del problema ( la pregunta) y por eso escapaban del espacio de significación  compartida , era en términos crudos y básico malos entendidos entre los distintos filósofos ,  entre sus exégetas, la acogida de este planteamiento fue reconocida por el círculo de Viena, los miembros del mismo   intentaron de manera sistemática y hasta mecánica formular un corpus  de categorías y conceptos filosóficos que permitiera regular y crear un juego de lenguaje universal para la discusión de las distintas problemáticas sin el equívoco de la falta de entendimiento de las normas del habla.

Cabe señalar que el mismo Wittgenstein se mostró reacio a esta postura al punto incluso de combatirla, en el continente europeo la relación de lenguaje – pensamiento fue formulada de forma brillante por Umberto Ecco y la llamada a escuela italiana. Ecco se encargó del estudio de la argumentación filosófica desde la semiótica y la estructura del lenguaje, en su libro la “Estructura Ausente“ de los años 60, introduce la noción de bloque semántico, según esta visión la filosofía debía dedicarse al estudio de las formas profundas de la lógica textual por medio de ello traducir la lógica real  del pensamiento de los pensantes, esta postura ha sido criticada fuertemente en los últimos años.

Entre los críticos podemos contar a Slavoj Zizek y Edward Said, el primero parte de  la tradición marxista  formula  en su libro “EL Sublime Objeto de la Ideología“  la incapacidad del sujeto pensante de habitar fuera de lo virtualidad  de la ideología, a saber, no existe un afuera de la ideología por lo tanto  revelar  el bloque semántico no asegura la formulación del auténtico sentido del pensamiento, peor aún no se puede precisar siquiera si el pensamiento es auténtico y realmente individual; por otra parte Said en “La Representación del Intelectual “ argumenta la total mudez del sujeto oprimido en las distintas luchas debido a la condición opresora de  los códigos del lenguaje, el autor señala el problema poco visualizado de que el pensamiento también surge del proceso  social y económico.

En este punto Zizek y Said se encuentran en la lógica de entender la  condición beligerante y polémico de pensar en la posibilidad de entender el pensamiento como instrumento de liberación y de revolución, de dar forma a sus enemigos y sus peligro, ambos nos muestran los desafíos  que existen en el ámbito social y que escapan a la relación básica de la duda y el saber, señalan descarnadamente el problema de la clases sociales y el sujeto oprimido en la ideología dominante.

Como vemos el pensamiento en la filosofía nos permite  poner en duda los propios fundamentos de la existencia social que le da vida y lugar al filosofar, en este sentido el punto de enunciación y el lugar desde donde se piensa transforman el tipo de filosofía.

La historia de América Latina como receptor y heredera de la filosofía europea ha sido afectada precisamente por la intención de crear filosofía desde América Latina, por cambiar el punto de enunciación del sujeto filosofante, Bolívar Echeverria en este aspecto, junto a otros, han formulado la idea del Barroco como el suelo fértil desde el cual pensar la novedad americana, Bolívar en su libro “ la Modernidad de Barroco” formula como herramienta filosófica la categoría de ethos barroco, según el autor este sería el suelo cultural histórico sobre el cual nosotros los latinos podríamos generar un pensamiento realmente novedoso y auténtico , lo nuevo de la noción de barroco es el protagonismo que toma para el entendimiento la noción abigarrado.

     Lo abigarrado sería en este punto de donde se logra la interacción de la diversidad histórica del sujeto americano sin cortes ni aniquilación, sería el reconocimiento de la relación entre el cristianismo, el pensamiento Quechua, los ritmos afros y la tradición intelectual urbana. En un mundo salido de un siglo de absolutismos estériles pareciera que el barroco sería un buen punto para empezar a pensar y a filosofar de nuevo.     

La historia de la filosofía ha sido la historia del pensamiento y al mismo tiempo la historia del reconocimiento del pensar, de sus límites, fortalezas y dificultades, del reconocimiento de la fragilidad del sujeto pensante y asumir los límites como fuertes cargas, de volver a empezar sobre distintas categorías y de asumir la constante compañía de la duda.

En esta segunda década del siglo XXI y con tantas dudas por delante solo el pensar podrá salvar la filosofía, de lo contrario el vacío del mismo nos condenaría a la monotonía de la muerte anunciada, al simple mecanicismo de lo vivo y nos dejaría sin humanidad.

En este mundo donde las amenazas a la humanidad sobran, puede la filosofía convertirse en la fuente de descanso para el sediento viajero.  Como afirmaba Nietzsche.

Depende de nosotros lograrlo.

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