Y entonces,
una sencilla rosa roja
detuvo con ímpetu
la bala que pretendía asesinar
el rocío de la mañana.
CARLOS RAMOS. POESÍA Y ALGO MÁS
Y entonces,
una sencilla rosa roja
detuvo con ímpetu
la bala que pretendía asesinar
el rocío de la mañana.
Era una tarde poco común. El sol pretendía ocultarse sigiloso como para hacernos una mala jugada, como para...
Por qué hiciste de ese barco húmedo tu refugio insospechado, inesperado. Por qué te fuiste, volando, con alas de piedra. Ayer, sólo ayer, caminabas...