¡Disparan hiel los pájaros del fuego!
De oculto amanecer la traición pende,
con picos del letal aguijón hiende
el rocío fugaz en cráneo ciego.
¡Rincón, Catire, ¡tienes fuego y aliento!
¡Fuego y fusil! Tu sangre los enfrenta
en la metralla aullante que revienta
sobre un crujir de ramas somnoliento.
Te cubre el velo libre de la prensa,
que dagas del dolor sabrán rasgar
en el Bronco brutal ya sin hangar.
Cantaura -tu fusil- con carga urgente,
del trunco Changurrial del alba tensa,
retoña con tu voz de luz ardiente.