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La gravedad del Libertador, diciembre 16

por | Dic 16, 2024 | HISTORIA

1) El año 1830 es un año de ruptura y de cataclismos inolvidables, donde la bajeza humana llegó a mostrar sus signos más prominentes contra el Libertador y su más Grande General (Sucre) y contra su más anhelado y amado proyecto político (La Gran Colombia) que había nacido, precisamente, un 17 de diciembre de 1819 en Angostura.

2) El 10 de mayo concluyó sus sesiones el Congreso Admirable, Bolívar renuncia al mando y a la presidencia en ese congreso y decide retirarse de la política para rehacer su vida en Europa y toma el camino prácticamente de un autodestierro. La Gran Colombia agonizaba y ya las repúblicas que la llegaron a conformar era Inevitable que se desmembraran y repartieran entre el grupo de generales concupiscentes y pecuniaristas que las anhelaban y las deseaban como a unas mujeres bellas para usufructuarlas y para abusar de ellas. La mesa estaba servida para eso.

3) Bolívar decide irse, Sucre también abandona la escena para encontrarse con su hija Teresita en Ecuador y con su esposa Mariana Carcelén (La Marquesa de Solanda)… ¡Todo ha terminado!. Han servido a una revolución, y como le señalará Bolívar posteriormente al Doctor Reverend: HAN ARADO EN EL MAR

4) Sucre intenta ir a despedir al Libertador a su casa en el viaje sin retorno que ha emprendido, pero llega tarde y no logra encontrarse personalmente con el Libertador y le escribe una hermosa carta que debiera estar estampada en todas las calles y escuelas de Venezuela, con relieves de oro.

5) La carta le llegó al Libertador finales de mayo de 1830 y él le respondió a Sucre prontamente con la misma ternura y la misma hermosura, reiterándole su cariño, su amistad, su respeto, su consideración, su agradecimiento y su aprecio. Pero esta carta del Libertador no la va a poder leer Sucre porque los asesinos de Berruecos no lo permitirán, ya que a las 8 de la mañana del día 4 de junio de 1830, unos fusiles americanos, empuñados por brazos americanos, con unos gatillos que activaron dedos americanos que le debían la libertad conquistada en Ayacucho al generoso General Sucre, le desbarataron el cráneo alevosamente al chamo Mariscal de Cumaná de varios disparos, y lo dejaron tendido en un charco de sangre, en medio de la inhóspita montaña de Berruecos.

6) Esos cobardes asesinos estaban comandados por la intriga, por el miedo, por el egoísmo, por el odio, por la envidia, por la vileza, por la traición y por el desagradecimiento más pérfido y cruel que se recuerde en nuestra historia Patria

7) Ese horrible asesinato impactó mucho al Libertador y se dice que tuvo una gran influencia en el desplome de su ánimo, de su sistema inmunológico y en consecuencia de su salud, que junto a otras desgarraduras de carácter moral espiritual, que había tenido que padecer en medio de aquel hato suelto de ingratos en que se convirtió Colombia, lo pusieron inminentemente a las puertas del sepulcro. Recordemos que al Libertador le habían metido también dos atentados en el año 1828 después de disolver la Convención de Ocaña, y a Sucre le habían reventado a tiro limpio el brazo derecho en Chuquisaca, en ese mismo año 1828, siendo presidente de Bolivia. LAS 2 ÚLTIMAS CARTAS QUE SE ESCRIBIERON EN 1830 ÉSTOS 2 HOMBRAZOS QUE SE AMARON CON EL ALMA: BOLÍVAR Y SUCRE

8) Esta es la Carta de despedida de Sucre a Bolívar, pocos días antes de que lo mataran: «Mi General, Cuando he ido a la casa de usted para acompañarlo y despedirlo ya usted se había marchado.» «Acaso es esto un bien, pues me ha evitado el dolor de la más penosa despedida.» «Ahora mismo, comprimido mi corazón, no sé qué decir a usted. Más, no son las palabras las que pueden fácilmente explicar los sentimientos de mi alma y de mi corazón respecto a usted; usted los conoce, pues me conoce mucho tiempo y sabe que no es su poder, sino su amistad, la que me ha inspirado el más tierno afecto hacia su persona. Lo conservaré cualquiera que sea la suerte que nos quepa, y me lisonjeo que usted me conservará el aprecio que siempre me ha dispensado. Sabré en todas las circunstancias merecerlo» «Adiós, Mi General; reciba usted por gaje de mi amistad las lágrimas que en este momento me hace verter la ausencia de usted.» «Sea usted Feliz y en todas partes cuente con los servicios y la gratitud de su más fiel amigo, Antonio José de Sucre»

9) Bolívar recibe la tierna carta de Sucre y se apresura a responderla prontamente: «Mi querido General y buen amigo Sucre: La apreciable carta de usted en que se despide de mí, me ha llenado de ternura, y si a usted le costaba pena escribírmela ¿Qué diré yo?. ¡Yo que no tan solo me separo de mi amigo Sucre, sino también de mi amada Patria!» «Dice usted bien General: las palabras explican mal los sentimientos del corazón en circunstancias como éstas; perdone usted, pues, la falta de ellas y admita usted mis más sinceros votos por su prosperidad y por su dicha.» «Yo me olvidaré de usted cuando Los amantes de la gloria se olviden de Pichincha y de Ayacucho» «Usted se complacerá mi General al saber que desde Bogotá hasta aquí he recibido mil testimonios de parte de los pueblos. Este departamento se ha distinguido muy particularmente. El General Montilla se ha portado como un caballero completo» «Saludo cariñosamente a la señora de usted y protesto a usted que nada es más sincero que el afecto con que me repito de usted mi querido amigo, su Bolívar»

10) La terminación de esta carta con la frase (Su Bolívar) hace suponer que la relación de esos dos grandes hombres iba más allá de la subordinación militar de jefe a subalterno… Era una relación sublime de hermanos, de hombres que la madre patria los había hecho quererse y amarse con locura patriótica. El Gran Mariscal nunca pudo leerla porque manos americanas (no españolas) asesinas, sicariales y desagradecidas en Berruecos lo impidieron aquél 4 de junio, solo 8 días después de que Bolívar la enviara través del correo a caballo.

11) Rara vez la historia nos pondrá en presencia de dos grandes hombres, movidos a la emulación recíproca: uno de los cuales ejercerá siempre el mando, mientras el otro se reservará sólo el acatamiento y los deberes. Ese último fue Sucre. Los dos partieron aquel inolvidable y luctuoso año de 1830.

PARTE MÉDICO NÚMERO 31, DICIEMBRE 16

Todos los síntomas de la enfermedad de S. E. han vuelto a exasperarse; además se le ha notado otro síntoma malo, y es que ha echado orines ensangrentados. La respiración es más trabajosa, y apenas han purgado los vejigatorios, principalmente los de las pantorrillas. Frotaciones espirituosas en los extremos, antiespasmódicos al interior, etc. Sagú por alimento.

Diciembre 16, a las nueve de la noche.

REVEREND.

En la selva de Berruecos

por Pedro Contreras | Canta: Alejandro Rondón. Arpa: Gustavo Sánchez

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